Hoy en día tenemos infinidad de productos de alimentación en las tiendas. Productos nuevos, que hasta hace solo unos pocos años no existían y a los que nuestro organismo no está acostumbrado.
Es cierto que el ritmo de vida que la mayoría de las personas lleva, les deja poco tiempo para realizar una compra adecuada de alimentos, conformándonos con aquello que nos resulta mas fácil de adquirir y llena nuestras expectativas y nuestro estómago, sacia nuestro apetito y ademas nos sale mas económico. ¿Pero es esto lo mas saludable? Evidentemente no. Pero estamos acostumbrados a seguir unos hábitos.
Lo que la mayoría no es consciente es que esos hábitos son dirigidos por la industria alimenticia, que es una de las mas grandes y poderosas del mundo, y usa como arma la publicidad, para intentar hacer pasar por saludable -y lo consigue casi siempre- aquellos de sus productos que, ni de lejos lo son.
Como toda industria, tiene la finalidad de ganar dinero vendiendo mas que la competencia. Para ello deben recortar costes usando materia prima lo mas barata posible y productos que a la vez "te enganche" y haga que vuelvas a por más.
De estos productos hay muchos que está demostrado que dañan nuestra salud de manera directa o indirecta. Preparándonos para desarrollar determinadas enfermedades.
La relación entre alimentación y salud, es posiblemente la mas importante para mantener las enfermedades lejos y a raya. Pero para mantener una buena salud debemos tener un espíritu critico con aquellos alimentos que vamos a ingerir y estar alerta con lo que nos quieren vender. Esto significa estar informado de qué está hecho el alimento que ingerimos, cuál es su origen y que procesamiento ha sufrido; porque la salud nos va en ello.
Tenemos la información a la distancia de un click y el gasto en tiempo es mínimo, solo necesitamos la voluntad de ser conscientes y tomar el control de nuestra vida, al menos en este aspecto. Debemos ser parte activa en el proceso para poder elegir lo mejor para nosotros y los nuestros, siempre dentro de nuestras posibilidades.
Hoy vamos a destacar solo uno de los enemigos que debemos vigilar de cerca. Que quizá sea el que mas estragos está generando hoy en día y con el cual debemos tener mayor precaución.
El azúcar
Cuando hablamos de manera general de azúcar, nos estamos refiriendo al azúcar de mesa (sacarosa), que es un disacárido formado por dos moléculas; una de glucosa y otra de fructosa. Estamos hablando de un carbohidrato simple. Nuestro organismo necesita los carbohidratos proporcionando energía para su buen funcionamiento, por ello no es saludable eliminarlos completamente de la dieta. Pero si sería interesante, es mas... sería necesario distinguir entre los diversos tipos que existen y sobre todo distinguir los alimentos que contienen "azúcar añadida" de aquellos que contienen "azúcares de manera natural".
Los azúcares naturales son aquellos que se encuentran de forma original en un alimento fresco, por ejemplo la lactosa de la leche, la fructosa de las frutas -todo lo que acaba en -osa, es un azúcar-, entre otros. Y los azúcares añadidos son los que se introducen en el alimento en el proceso de elaboración.
De esta forma a un producto que ya de por si tiene azúcares, como puede ser un yogur (la lactosa de la leche), se le agregan mas azúcares (generalmente sacarosa). El fin último es crear mayor palatabilidad para que nos guste mas y compremos mas.
La ventaja de consumir productos naturales con su azúcar, radica en que esta va acompañada de un conjunto de nutrientes que el cuerpo necesita y que van a hacer que ese azúcar tenga una acción menos dañina en nuestro organismo.
Por otro lado, hay en el mercado productos que solo contienen azúcar añadido, como son las golosinas, caramelos y un sin fin de productos procesados. Estos productos no nos aportan absolutamente nada beneficioso.
Los problemas se presentan cuando nos excedemos en la ingesta de carbohidratos. Sobre todo los de índice glucémico alto, porque estos elevan rápidamente el azúcar en sangre obligando a nuestro organismo a liberar insulina para extraer ese azúcar del torrente sanguíneo. Pero nuestro cuerpo no va a desaprovechar esa energía extra que le hemos dado. La manera que tiene de aprovecharla es almacenarla para cuando se necesite. ¿Cómo la almacena? Pues en forma de grasa. Si nunca recurrimos a esa reserva energética e insistimos en ingerir mas carbohidratos; la reserva de grasa crecerá sin fin, llevándonos al sobrepeso y a la obesidad.
Es un sistema que se retroalimenta, ya que la insulina liberada interfiere en el cerebro con la hormona leptina, que nos indica cuando estamos saciados, de manera que seguimos teniendo hambre y comemos mas
Así que ya lo sabéis; cuidado con el azúcar.