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El té; un elixir milenario

El té; un elixir milenario

El té es mucho más que una simple bebida. El té; un elixir milenario, un tesoro cultural y una fuente de beneficios para la salud. Al comprender su historia, sus propiedades y su impacto, apreciamos plenamente su valor y disfrutamos de sus bondades.

La denominación "té" proviene del vocablo chino "té" (茶), que se extendió a través de las rutas comerciales marítimas. En contraste, las rutas terrestres difundieron el término "cha".

En el corazón de la civilización, mucho antes de que la cafeína se convirtiera en un estimulante global, una bebida humilde, nacida de las hojas de la Camellia sinensis, comenzó su extraordinario viaje. El té, más que una simple infusión, es un puente que conecta el pasado con el presente, un hilo que entrelaza culturas y un elixir cuyas propiedades han fascinado a científicos y profanos por igual.


Planta del té.
Camellia sinensis

Desde las brumosas montañas de Yunnan hasta los salones de té japoneses, desde las plantaciones de Ceilán hasta las teterías victorianas, el té ha dejado una huella imborrable en la historia de la humanidad. Su leyenda, tejida con hilos de emperadores sabios y monjes errantes, se entrelaza con la realidad de rutas comerciales milenarias y descubrimientos científicos revolucionarios.


Más allá de su sabor y aroma, el té es un complejo cóctel de compuestos bioactivos que han demostrado tener un impacto profundo en la salud humana. Los polifenoles, la cafeína, la L-teanina y otros componentes trabajan en sinergia para ofrecer una amplia gama de beneficios, desde la protección contra enfermedades crónicas hasta la mejora del rendimiento cognitivo.

Pero el té es también un fenómeno social y cultural. Sus rituales y ceremonias, transmitidos de generación en generación, son expresiones de respeto, hospitalidad y espiritualidad. Su producción y comercio, que involucran a millones de personas en todo el mundo, son un motor económico y un desafío para la sostenibilidad.


Historia y Origen

Las raíces míticas y botánicas:

La leyenda del emperador Shen Nong, aunque envuelta en el misterio, refleja la profunda conexión de China con el té. Según la tradición, en el año 2737 a.C., mientras Shen Nong hervía agua bajo un árbol, unas hojas de Camellia sinensis cayeron en su recipiente, dando origen a la primera infusión. Esta narrativa no solo ilustra el descubrimiento accidental, sino que también simboliza la armonía entre el ser humano y la naturaleza.

Sin embargo, la evidencia científica nos lleva a las regiones montañosas del suroeste de China, el norte de Myanmar y el noreste de la India, donde la Camellia sinensis creció de forma silvestre durante milenios. Estudios genéticos y arqueológicos respaldan esta hipótesis, revelando que el té fue utilizado inicialmente por las comunidades locales con fines medicinales y rituales.

Inicialmente, el té no se preparaba como infusión, sino que las hojas se masticaban o se cocinaban como verdura.

La expansión y la transformación cultural:

Durante la dinastía Tang (618-907 d.C.), el té experimentó una transformación trascendental en China. Lu Yu, el "sabio del té", escribió el Cha Jing (El Clásico del Té), el primer tratado sobre el cultivo, la preparación y la filosofía del té. Esta obra seminal elevó el té de una simple bebida a una expresión artística y espiritual.


Monje budista preparando té.
Monje budista preparando té.

El budismo desempeñó un papel crucial en la difusión del té. Monjes budistas, que valoraban las propiedades estimulantes del té para la meditación, lo introdujeron en Japón durante los siglos VIII y IX. En Japón, el té se integró profundamente en la cultura, dando origen a la ceremonia del té (Chanoyu), una práctica que encarna los principios de armonía, respeto, pureza y tranquilidad.


La ruta de la seda, fue una importante vía de expansión del té, hacia el oeste. Y en el siglo XVII, los comerciantes europeos, principalmente portugueses y holandeses, llevaron el té a Europa. Inicialmente, el té era una bebida de lujo, reservada para la aristocracia. Sin embargo, su popularidad creció rápidamente, especialmente en Inglaterra, donde se convirtió en una parte esencial de la vida cotidiana.

La Compañía Británica de las Indias Orientales desempeñó un papel fundamental en la comercialización masiva del té, estableciendo plantaciones en la India y Ceilán (Sri Lanka).


Variedades y procesamiento: El arte de transformar la hoja

La base común: Camellia sinensis

Todas las variedades de té provienen de la planta Camellia sinensis, pero las diferencias en sabor, aroma y propiedades se deben a las variaciones en el cultivo, la cosecha y, sobre todo, el procesamiento de las hojas. La clasificación de los diferentes tipos de té, está directamente relacionada con los procesos de oxidación de las hojas, y del tiempo de fermentación. Existen dos variedades principales de Camellia sinensis: Camellia sinensis sinensis, que se adapta a climas fríos y produce hojas pequeñas, y Camellia sinensis assamica, que prospera en climas cálidos y húmedos y produce hojas más grandes.


El proceso de oxidación: La clave de la diferencia:

La oxidación es la reacción química que ocurre cuando las hojas de té se exponen al oxígeno. Este proceso determina el color, el sabor y el aroma del té. El grado de oxidación varía según el tipo de té:


Té Blanco: Mínima oxidación. Las hojas se cosechan jóvenes y se dejan marchitar y secar al aire.


Té Verde: Sin oxidación. Las hojas se calientan para inactivar las enzimas que causan la oxidación, conservando su color verde y su sabor fresco.


Té Oolong: Oxidación parcial. Las hojas se marchitan, se enrollan y se dejan oxidar durante un tiempo determinado.


Té Negro: Oxidación completa. Las hojas se marchitan, se enrollan, se oxidan completamente y se secan.


Té Pu-erh (Té Rojo): Fermentación post-oxidación. Las hojas se procesan como el té verde y luego se someten a un proceso de fermentación microbiana.

 

Además de estas variedades principales, existen tés especiales como el té amarillo, que se somete a un proceso de fermentación suave, y los tés aromatizados, que se mezclan con flores, frutas o especias.


Detalles del Procesamiento:

Plantación de té.
Recogida de té en una plantación.

Cosecha: La calidad del té depende en gran medida de la época y el método de cosecha. Los brotes jóvenes y las dos primeras hojas suelen ser los más valorados.


Marchitado: Las hojas se extienden para reducir su contenido de humedad y suavizarlas.


Enrollado: Las hojas se enrollan para romper sus células y liberar los aceites esenciales.


Oxidación: Las hojas se extienden en un ambiente controlado para permitir la oxidación.


Fijación: Se realiza la detención de la oxidación por medio de calor, ya sea vapor o calor seco.


Secado: Las hojas se secan para reducir su contenido de humedad y detener la oxidación.


Clasificación: Las hojas se clasifican según su tamaño y calidad.


Beneficios para la salud: Un elixir para el bienestar

El té, rico en compuestos bioactivos, ha demostrado tener un impacto positivo en la salud humana, tanto a nivel físico como mental.


Beneficios generales del té:


Antioxidantes y protección celular

Los polifenoles, especialmente las catequinas, son potentes antioxidantes que combaten los radicales libres, protegiendo las células del daño oxidativo y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.


Salud cardiovascular

El té puede ayudar a reducir el colesterol LDL ("malo") y los triglicéridos, mejorar la función de los vasos sanguíneos y disminuir la presión arterial, lo que contribuye a la salud del corazón.


Función cerebral

La cafeína y la L-teanina trabajan en sinergia para mejorar la concentración, la memoria y el estado de ánimo. La L-teanina, en particular, promueve la relajación sin causar somnolencia.


Control del peso

Algunos estudios sugieren que el té, especialmente el té verde, puede ayudar a aumentar el metabolismo y la quema de grasas, lo que puede ser beneficioso para el control del peso.


Salud digestiva

Los taninos del té pueden tener efectos astringentes y antiinflamatorios, lo que puede ayudar a aliviar problemas digestivos leves.


Fortalecimiento del sistema inmune

Algunos componentes del té, ayudan a fortalecer el sistema inmune, y a crear una barrera de defensa para el organismo.


Beneficios específicos por modalidad de Té:

La cantidad de compuestos bioactivos en el té puede variar según la variedad, el procesamiento y la preparación.


Té Verde

Alto contenido de catequinas, especialmente EGCG, que ha demostrado tener efectos anticancerígenos y cardio protectores.

Puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir el riesgo de diabetes tipo 2.


Té Negro

Rico en teflavinas y tearubiginas, que también tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Puede ayudar a mejorar la salud del corazón y reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares.


Té Oolong

Contiene compuestos que pueden ayudar a mejorar el metabolismo de las grasas y reducir el colesterol.

Puede ser beneficioso para personas con diabetes tipo 2.


Té Blanco

Alto contenido de antioxidantes y bajo contenido de cafeína.

Puede ayudar a proteger la piel del daño solar y fortalecer el sistema inmunológico.


Té Pu-erh (Té Rojo)

Puede ayudar a reducir el colesterol y los triglicéridos.

Puede ser beneficioso para la salud digestiva y la desintoxicación.


Precauciones y contraindicaciones: Cuando el té requiere moderación

Aunque el té ofrece numerosos beneficios, es importante tener en cuenta que su consumo excesivo o en ciertas condiciones puede tener efectos adversos.

Presta atención a las reacciones de tu cuerpo al té, y reduce o suspende su consumo si se presentan efectos adversos.


Efectos adversos generales:

Posible efectos de la cafeína.
Cuidado con la cafeína.

Cafeína:

El té contiene cafeína, un estimulante que puede causar insomnio, ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, taquicardia y dolores de cabeza en personas sensibles o cuando se consume en grandes cantidades. El consumo excesivo de cafeína puede llevar a la dependencia y a síntomas de abstinencia como fatiga y dolores de cabeza.


Taninos:

Los taninos pueden interferir con la absorción de hierro, especialmente el hierro no hemo (presente en alimentos de origen vegetal). Por lo tanto, se recomienda consumir té entre comidas y no durante las comidas, especialmente para personas con deficiencia de hierro o anemia. Los taninos también pueden causar estreñimiento en algunas personas.


Interacciones con medicamentos:

El té puede interactuar con ciertos medicamentos, como anticoagulantes, antidepresivos, medicamentos para la presión arterial y medicamentos para la tiroides. Es importante informar al médico sobre el consumo regular de té, especialmente si se están tomando medicamentos.


Contraindicaciones específicas

Embarazo y lactancia:

Se recomienda limitar el consumo de cafeína durante el embarazo y la lactancia, ya que puede afectar al feto o al bebé. Altas dosis de cafeína pueden aumentar el riesgo de aborto espontáneo y bajo peso al nacer.


Trastornos de ansiedad y del sueño:

Las personas con trastornos de ansiedad o del sueño deben limitar o evitar el consumo de té debido a su contenido de cafeína.


Enfermedades cardíacas:

Las personas con enfermedades cardíacas deben consultar a su médico antes de consumir té, ya que la cafeína puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial.


Problemas gastrointestinales:

El té puede irritar el estómago y empeorar los síntomas de la acidez estomacal, la gastritis o el síndrome del intestino irritable.


Glaucoma:

La cafeína puede aumentar la presión intraocular, por lo que las personas con glaucoma deben consumir té con precaución.


Trastornos de sangrado:

El té puede afectar la coagulación sanguínea, por lo que las personas con trastornos de sangrado o que toman anticoagulantes deben tener precaución.


Rituales y ceremonias; Puente entre lo terrenal y espiritual

Ceremonia del té.
Ceremonia del té.

El té en los rituales y ceremonias refleja valores culturales y filosóficos profundos en la mayoría de las culturas. La preparación y el consumo del té pueden ser una forma de meditación y contemplación, convirtiéndose en un elemento de conexión social y espiritual. Al explorar la importancia del té en los rituales y ceremonias, apreciamos su papel como elemento que enriquece la vida humana en todos sus aspectos.


China: Gongfu Cha, la búsqueda de la armonía:

En China, el Gongfu Cha (功夫茶) es más que una preparación de té; es una meditación en movimiento. Este ritual, que se remonta a la dinastía Ming, se centra en la precisión, la atención plena y el respeto por los utensilios y el té. El Gongfu Cha busca extraer la esencia del té a través de múltiples infusiones cortas, permitiendo apreciar la evolución de sabores y aromas. Cada paso, desde el calentamiento del agua hasta la distribución del té, se realiza con gracia y serenidad. Este ritual refleja la filosofía taoísta, que busca la armonía entre el ser humano y la naturaleza.


Japón: Chanoyu, la vía del té:

El Chanoyu (茶の湯), o ceremonia del té japonesa, es una expresión profunda de la estética zen. Cada elemento, desde la arquitectura de la sala de té hasta la selección de los utensilios, se elige con meticulosidad para crear un ambiente de tranquilidad y contemplación. El Chanoyu se basa en cuatro principios: armonía (wa), respeto (kei), pureza (sei) y tranquilidad (jaku). A través de la preparación y el consumo del té matcha (té verde), los participantes buscan cultivar la atención plena y la conexión con el presente. Este ritual no solo implica la preparación del té, si no también la apreciación de la caligrafía, la cerámica y la disposición de las flores.


Tíbet: Po Cha, un sustento espiritual:

En el Tíbet, el Po Cha (té con mantequilla) es una bebida esencial que acompaña la vida cotidiana y los rituales religiosos. Se prepara con té negro, mantequilla de yak y sal, y se sirve en cuencos de madera. El Po Cha no solo proporciona energía y calor en el clima frío del Himalaya, sino que también tiene un significado espiritual. Se ofrece a los monjes en los monasterios y se utiliza en ofrendas a las deidades. El té es un elemento, que acompaña los rezos, y las ceremonias religiosas.


El Té en occidente: Tradiciones sociales:

En Inglaterra, el "afternoon tea" se convirtió en una tradición social en el siglo XIX. Más que un ritual espiritual, era una oportunidad para la socialización y el disfrute de la compañía. La hora del té se convirtió en un momento para compartir noticias, conversar y disfrutar de pasteles y sándwiches. Aunque menos formal que las ceremonias orientales, el "afternoon tea" refleja la importancia del té como un elemento de cohesión social.


El Arte de la infusión: Preparando el té perfecto

La preparación del té es un ritual en sí mismo, y cada tipo de té requiere una atención particular para extraer sus mejores sabores y aromas. Es importante concentrarse y disfrutar del té con atención plena, apreciando sus aromas y sabores. Para obtener los mejores resultados tanto la calidad del agua como la calidad de las hojas de té es fundamental. Siguiendo estos los pasos que muestro a continuación podremos disfrutar de una taza de té perfecta, realzando las cualidades únicas de cada variedad.

Aquí está una guía práctica:


Utensilios esenciales:

Tetera: preferiblemente de porcelana, cerámica o vidrio, para no alterar el sabor del té. Para tés delicados, como el té blanco o verde, se recomiendan teteras de arcilla sin esmaltar.


Termómetro: esencial para controlar la temperatura del agua, especialmente para tés delicados.


Infusor: puede ser un filtro de malla, una bolsita de tela o un infusor individual.


Tazas: de porcelana o cerámica, preferiblemente de paredes delgadas para apreciar el color del té.


Hervidor de agua: preferiblemente de control de temperatura.


Temperatura del agua y tiempo de infusión:

Té Blanco:

  • Temperatura: 75-85 °C.

  • Tiempo de infusión: 3-5 minutos.

  • Notas: Utilizar agua suave y no hervida.


Té Verde:

  • Temperatura: 70-80 °C.

  • Tiempo de infusión: 1-3 minutos.

  • Notas: Evitar el agua hirviendo, ya que puede amargar el té.


Té Oolong:

  • Temperatura: 85-95 °C.

  • Tiempo de infusión: 3-5 minutos.

  • Notas: Este té permite varias infusiones, cada una revelando matices diferentes.

Té Negro:

  • Temperatura: 90-100 °C.

  • Tiempo de infusión: 3-5 minutos.

  • Notas: Ideal para acompañar con leche o limón.


Té Pu-erh (Té Rojo):

  • Temperatura: 95-100 °C.

  • Tiempo de infusión: 3-5 minutos.

  • Notas: Este té también permite múltiples infusiones.


Pasos para la preparación:

Calentar el agua:

  • Utilizar agua fresca y filtrada.

  • Calentar el agua a la temperatura deseada, utilizando un termómetro.

  • Calentar la tetera y las tazas:

  • Verter agua caliente en la tetera y las tazas, y luego desecharla.


Añadir el té:

  • Colocar la cantidad adecuada de hojas de té en el infusor o directamente en la tetera.

  • La cantidad de té variara dependiendo del tipo de té y del gusto personal, pero una regla general es de 2 a 3 gramos de té por cada 200ml de agua.


Verter el agua:

  • Verter el agua caliente sobre las hojas de té.


Infusionar:

  • Dejar infusionar el té durante el tiempo recomendado.


Servir:

  • Retirar el infusor y servir el té en las tazas.


El té y la economía mundial

Hojas de té sobre billetes de dinero.
El té como motor económico.

El té ha sido mucho más que una simple bebida; ha sido un motor económico que ha moldeado el comercio global, impulsado el desarrollo de regiones enteras y generado riqueza a lo largo de los siglos. Ha sido un producto de comercio clave a lo largo de la historia, generando riqueza y transformando economías, teniendo un impacto político significativo, influyendo en conflictos y sirviendo de excusa para movimientos de independencia.






El té en la ruta de la seda y el comercio con Asia

En la antigua China, durante la dinastía Tang, el té se consolidó como una bebida nacional, y su cultivo y procesamiento se perfeccionaron. Primero las rutas del té se extendieron por todo el continente, conectando China con Tíbet, Mongolia, Rusia y otros países. Y un poco después, comenzó su viaje hacia el oeste, a través de la Ruta de la Seda en caravanas de camellos y caballos, por desiertos y montañas, llegando a Asia Central, Persia y más allá. De este modo el té se convirtió en algo más que una simple mercancía, se convirtió en un elemento cultural que se intercambiaba junto con ideas filosóficas y religiosas. Destacando en este último apartado al budismo, que jugó un papel crucial en la difusión del té, ya que los monjes lo utilizaban en sus prácticas de meditación.


El té y el imperialismo británico:

El té, una bebida aparentemente inofensiva, desempeñó un papel crucial en la expansión y el mantenimiento del Imperio Británico. Su historia está entrelazada con el comercio, la política y la guerra, y su impacto se sintió en todo el mundo.


Diablo sobre mapa.
Todo vale por el dinero...

A mediados del siglo XVII, el té llegó a Gran Bretaña, y su popularidad creció rápidamente, convirtiéndose en una bebida nacional, consumida por todas las clases sociales, y su demanda impulsó la expansión del comercio británico en Asia. El comercio del té llevó a conflictos, como las Guerras del Opio con China, que fueron impulsadas por el deseo de Gran Bretaña de mantener su acceso al mercado chino. Esto hizo que el Imperio Británico, recurriendo a sus habituales malas artes, a través de la Compañía Británica de las Indias Orientales obtuviera el monopolio del comercio del té, lo que le otorgó un poder económico y político significativo.


Para romper el monopolio chino, los británicos establecieron plantaciones de té en la India y Ceilán (Sri Lanka), transformando la economía de estas regiones y consolidando el dominio colonial, permitiendo a los británicos controlar el mercado global y generar riqueza a gran escala para su imperio.


Con el paso del tiempo y la independencia de las colonias, la industria del té se ha mantenido como un motor económico importante, proporcionando en la actualidad empleo y contribuyendo al desarrollo sostenible. Profundizando en el impacto económico del té, se aprecia su papel como un elemento clave en la historia del comercio mundial, más allá de las guerras y desgracias que se produjeron por la posesión de su comercio.

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