Los acúfenos o tinnitus son un problema que sufre entre el 12 % y el 14 % de la población de los países desarrollados. Solo en España son millones de personas quienes los padecen, convirtiéndolos en un problema de sanidad pública. Se cree que existen muchos más casos de los documentados, ya que muchas personas pueden vivir con las molestias que los acúfenos les causan (porque no se produce alteración en su procesamiento central) y no acuden al especialista para tratamiento.
Qué son los acúfenos o tinnitus y sus síntomas
Son un sonido como un pitido o zumbido en el oído o el cráneo que la persona, bien en un lado o ambos de la cabeza, y se percibe de forma persistente y subjetiva, pudiendo estar presente todo el tiempo o de manera intermitente.
Pueden aparecer a cualquier edad, en personas de cualquier sexo o raza, presentando una evolución natural con ciclos que fluctúan en intensidad.
Su intensidad y tono pueden variar y ser más agudo o grave, aunque son más habituales los acúfenos agudos. Suelen empeorar con el silencio.
En raras ocasiones, el tinnitus puede ocurrir en forma de pulso rítmico o de sonido silbante y, con frecuencia, acompasado con los latidos del corazón. Se lo denomina tinnitus pulsátil en estos casos.
El fenómeno se produce sin que se registre una actividad vibratoria coclear, llegando el sonido en algunos casos a ser tan alto que puede interferir en la capacidad de concentración, alterando el sueño e incluso impidiendo la capacidad normal de audición, interfiriendo así en el desarrollo del día a día de la persona afectada. Este estado termina derivando en los principales síntomas del tinnitus; fatiga crónica, hiperacusia, irritabilidad y angustia (llegando en casos extremos a la depresión).
Los acufenos se dividen en dos tipos:
Subjetivos: se perciben ruidos sin que exista estímulo acústico, por lo que otras personas no pueden escucharlos. Constituyen, aproximadamente, el 95% de los casos.
Objetivos: pueden percibirlos tanto el paciente otras personas. Suelen implicar el ruido del flujo de los vasos sanguíneos, provocando un sonido pulsátil (al ritmo de los latidos del corazón) y sincrónico con el pulso. Los producen estructuras cercanas al oído que, en algunos casos, no pertenecen a él. En otras ocasiones, el sonido se parece más a un clic rítmico.
Causas de los acúfenos o tinnitus
En la actualidad se desconoce con exactitud que causa los acúfenos, pero se sabe que una de las causas es una disfunción de la vía auditiva que puede tratarse haciéndola reversible. Esta disfunción puede tener diversos orígenes. Algunos de ellos son:
Hipoacusia o pérdida de audición
Hay células pilosas pequeñas y delicadas en el oído interno (cóclea) que se mueven cuando llegan ondas sonoras. Este movimiento provoca que se envíen señales eléctricas a través del nervio desde el oído hasta el cerebro (nervio auditivo). El cerebro interpreta estas señales como sonidos.
Si los cilios auditivos del oído interno se doblan o se quiebran (esto sucede con los años o cuando hay mucha exposición a ruidos fuertes), pueden provocar la "fuga" de impulsos eléctricos al cerebro sin motivo, lo que causa el tinnitus.
Exceso de fármacos ototóxicos
Muchos medicamentos pueden causar o empeorar el tinnitus. Por lo general, mientras más altas son las dosis de estos medicamentos, peor es el tinnitus. A menudo, el ruido no deseado desaparece cuando se suspende el uso de estos medicamentos.
Entre los medicamentos que causan tinnitus se encuentran los fármacos antiinflamatorios no esteroideos y algunos antibióticos, fármacos contra el cáncer, diuréticos, medicamentos contra la malaria y antidepresivos.
Disfunciones en la región temporo-mandibular y el raquis cervical
Que están conectados directamente mediante las vías auditivas.
Traumatismos
Un traumatismo en la cabeza o el cuello puede afectar el oído interno, los nervios auditivos o la función del cerebro vinculada a la audición. Estas lesiones suelen causar tinnitus en un solo oído.
Enfermedad de Ménière
El tinnitus puede ser un indicador temprano de la enfermedad de Ménière, un trastorno del oído interno que puede causar la presión anormal del líquido ótico.
Los conductos auditivos se pueden bloquear si se acumula líquido (infección de oído), cera, suciedad u otros materiales extraños. Una obstrucción puede modificar la presión en el oído y provocar tinnitus.
Disfunción de la trompa de Eustaquio
En esta afección, la trompa del oído que conecta el oído medio con la parte alta de la garganta permanece expandida en todo momento, lo que puede hacer que el oído se sienta tapado.
Cambios en la cadena de los huesecillos del oído
La rigidez de la cadena de los huesecillos del oído medio (otosclerosis) puede afectar la audición y producir el tinnitus. Esta afección, causada por un crecimiento anormal de los huesecillos, tiende a ser hereditaria.
Espasmos musculares en el oído interno
Los músculos del oído interno pueden ponerse tensos (espasmo), lo que causa tinnitus, pérdida de audición y sensación de taponamiento en el oído. Esto sucede algunas veces sin motivo, pero también puede ocurrir por enfermedades neurológicas, incluida la esclerosis múltiple.
Trastornos de los vasos sanguíneos
Las afecciones en los vasos sanguíneos (como la ateroesclerosis, la presión arterial alta o los vasos sanguíneos defectuosos o malformados) pueden causar que la sangre se mueva por las venas y las arterias con más fuerza. Estos cambios en el flujo de sangre pueden provocar el tinnitus o hacer que este se perciba aún más.
Otras afecciones crónicas
Afecciones como la diabetes, los problemas de tiroides, las migrañas, la anemia, trastornos autoinmunitarios, tumores del nervio acústico, enfermedades dentarias, shock, anomalías neurológicas, infecciones del conducto auditivo.
Tratamiento de Osteopatía para acúfenos
Los pacientes acuden muy desanimados a la consulta del osteópata, ya que después de pasar por la medicina convencional no han conseguido resultados positivos, ya que casi siempre dan los mismos diagnósticos y medicamentos.
La comprensión del acúfeno aumenta día a día con terapias adaptadas para cada caso, tratando de aliviar los síntomas y de disminuir su incidencia.
La osteopatía permite atenuar o eliminar los síntomas de los acúfenos, siempre dependiendo del paciente y las causas que lo provocan, por lo que en la primera sesión resulta muy difícil presagiar el número de sesiones necesarias o el tiempo requerido para mejorar en cada paciente.
La etapa del diagnóstico osteopático resulta lo más importante para el éxito terapéutico. Tras una exhaustiva exploración de la historia clínica del paciente se procede al examen osteopático para intentar determinar cuáles son las causas del acúfeno y proceder con las técnicas minuciosamente elegidas gracias a los resultados mostrados en las pruebas realizadas por el osteópata.
Podemos distinguir dos tipos de causas:
Causas psicológicas de los acúfenos
Algunas causas psicológicas como el estrés, angustia, nerviosismo o problemas de sueño, suelen ser motivo de consulta con el osteópata. En estos casos, la osteopatía puede contribuir ayudando al paciente a relajarse gracias a ciertas técnicas manuales.
Causas físicas de los acúfenos
Ya hemos visto que existen diferentes causas que pueden ser el origen del tinnitus. Entre las que más se tratan en las consultas de osteopatía, encontramos las relacionadas con disfunciones en la región temporomandibular y raquis cervical. Estas dos estructuras están directamente relacionadas con el oído, por lo que cualquier alteración puede generar síntomas de acúfenos. El hueso temporal del cráneo, dentro del cual encontramos el aparato auditivo, está íntimamente ligado con el funcionamiento de la mandíbula, pero hay otras estructuras que también pueden afectar a su mecánica: las vértebras cervicales, el tórax, la clavícula y el hioides.
Así mismo, también puede verse afectada la arteria carótida, que se encuentra muy próxima al oído. Por eso, cuando sufre alguna alteración, es frecuente escuchar los clásicos zumbidos en el oído, tan habituales en los acúfenos.
Mediante a manipulación de las estructuras corporales, el osteópata trata de modificar las zonas afectadas y devolverlas a su estado de equilibrio, anulando o mitigando los síntomas de los molestos acúfenos.
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