Los peligros ocultos del sol: Protege tu piel
- escaladaosteopatia

- 14 jul
- 10 Min. de lectura
______________________________________________Importancia del sol
Los peligros ocultos del sol: Protege tu piel
El sol, esa gran estrella que ilumina nuestro planeta, es mucho más que una fuente de luz y calor; el sol lo es todo para nosotros. Es el motor de la vida en la Tierra; es la fuente primaria de energía que desempeña un papel fundamental en todos los procesos biológicos del planeta. Su energía, transmitida a través de la radiación solar, impulsa una serie de reacciones químicas y físicas esenciales para la vida:

Fotosíntesis: Las plantas utilizan la energía solar para convertir el dióxido de carbono y el agua en glucosa, liberando oxígeno como subproducto. Este proceso no solo sustenta a las plantas, sino que también proporciona el oxígeno que respiramos.
Ciclo del agua: La energía solar evapora el agua de los océanos, ríos y lagos, formando nubes. Estas nubes se desplazan y, al condensarse, producen precipitaciones que alimentan los ecosistemas terrestres y acuáticos.
Clima y estaciones: La inclinación del eje terrestre y la órbita alrededor del sol generan las estaciones del año. La variación en la intensidad y duración de la luz solar influye directamente en los patrones climáticos globales.
Cadena alimentaria: El sol inicia la cadena alimentaria al proporcionar energía a los productores primarios (plantas). Estos, a su vez, son consumidos por herbívoros, que a su vez son consumidos por carnívoros, y así sucesivamente.
Además de ser esencial para la vida en general, el sol ofrece numerosos beneficios para la salud humana:
Vitamina D: La exposición solar es fundamental para que el ser humano pueda síntetizar la vitamina D en la piel. Esta vitamina es esencial para la absorción de calcio y fósforo, lo que contribuye a la salud ósea y muscular.
Regulación del sueño: La luz solar ayuda a regular el ciclo circadiano, es decir, el ciclo de sueño-vigilia. La exposición a la luz durante el día favorece la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño, por la noche.
Mejora del estado de ánimo: La luz solar influye en la producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con el bienestar emocional. La exposición a la luz solar puede ayudar a prevenir y tratar la depresión estacional.
Fortalecimiento del sistema inmunológico: Algunos estudios sugieren que la exposición moderada al sol puede fortalecer el sistema inmunológico y ayudar a prevenir ciertas enfermedades infecciosas.
El lado oscuro del sol
La Radiación Ultravioleta: Un Enemigo Invisible
Pero no todo son ventajas, ya que en este caso "no es oro todo lo que reluce" (nunca mejor dicho). La exposición excesiva al sol, especialmente durante las horas pico, puede desencadenar una serie de problemas graves de salud, tanto a corto como a largo plazo debido a su radiación ultravioleta (UV).

La radiación UV emitida por el sol no podemos verla, pero nuestro organismo si que la siente (¿Quién no se ha quemado alguna vez?), y tiene efectos nocivos para nuestro organismo a escala celular si no tomamos las precauciones adecuadas.
Esta radiación se clasifica en tres tipos: UVA, UVB y UVC.
Rayos UVA (Ultravioleta A): Son los que tienen la longitud de onda mas larga y penetran más profundamente en la piel alcanzando la dermis.
Efectos:
Envejecimiento prematuro: Arrugas, manchas solares y pérdida de elasticidad.
Contribuyen al daño en el ADN celular.
Pueden suprimir el sistema inmunológico.
No son completamente absorbidos por la capa de ozono.
Rayos UVB (Ultravioleta B): Tienen longitud de onda más corta de los de UVA y afectan principalmente a la epidermis, la capa externa de la piel.
Efectos:
Quemaduras solares: Enrojecimiento, dolor e inflamación de la piel.
Aumento del riesgo de cáncer de piel: Melanoma, carcinoma basocelular y carcinoma espinocelular.
Contribuyen al envejecimiento prematuro.
Son parcialmente absorbidos por la capa de ozono.
Rayos UVC (Ultravioleta C): Tienen la longitud de onda más corta de los tres y son absorbidos completamente por la capa de ozono, no llegando a la superficie terrestre.
Efectos:
Muy dañinos para el ADN y las células vivas.
Debido a la capa de ozono, no representan un riesgo directo para los humanos.
Efectos a Corto Plazo

Quemaduras solares: La exposición prolongada al sol sin protección adecuada puede causar quemaduras solares, que son una inflamación de la piel causada por el daño de las células de la piel. Las quemaduras solares pueden ser dolorosas y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel a largo plazo.
Eritema solar: Se caracteriza por enrojecimiento y sensibilidad de la piel, y suele aparecer unas horas después de la exposición al sol.
Daño ocular: La exposición excesiva a los rayos UV puede causar conjuntivitis, cataratas y otros problemas oculares a largo plazo.
Efectos a Largo Plazo
Envejecimiento prematuro: La exposición crónica al sol acelera el proceso de envejecimiento de la piel, causando arrugas, manchas solares y pérdida de elasticidad.
Cáncer de piel: El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer más comunes y está estrechamente relacionado con la exposición excesiva al sol. Los tipos más comunes de cáncer de piel relacionados con el sol son el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma.
Supresión del sistema inmunológico: La exposición excesiva a la radiación UV puede suprimir el sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables a infecciones y enfermedades.
Factores que Influyen en el Daño Solar
La gravedad del daño solar depende de varios factores, entre ellos:
Hora del día: La radiación UV es más intensa entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
Estación del año: La radiación UV es más fuerte durante los meses de verano.
Latitud: La intensidad de la radiación UV aumenta a medida que nos acercamos al ecuador.
Altitud: A mayor altitud, mayor intensidad de la radiación UV.
Tipo de piel: Las personas con piel clara y pelirrojas son más sensibles a los rayos UV.
Uso de medicamentos: Algunos medicamentos pueden aumentar la sensibilidad de la piel a la luz solar.
Protectores Solares
Nuestra Primera Línea de Defensa
Los protectores solares son una herramienta esencial para proteger nuestra piel de los dañinos rayos UV. Sin embargo, es importante conocer sus ventajas y desventajas:
Ventajas:
Protección contra quemaduras: Los protectores solares crean una barrera física que ayuda a prevenir las quemaduras solares.
Reducción del riesgo de cáncer de piel: El uso regular de protector solar puede ayudar a prevenir el desarrollo de melanoma y otros tipos de cáncer de piel.
Retrasan el envejecimiento prematuro: Al bloquear los rayos UV, los protectores solares ayudan a mantener la piel más joven y saludable.
Desventajas:
No son 100% efectivos: Ningún protector solar ofrece una protección total. Es importante combinar el uso de protector solar con otras medidas de protección solar, como buscar la sombra y usar ropa protectora.
Algunos ingredientes pueden ser irritantes: Algunas personas pueden experimentar reacciones alérgicas o irritación de la piel a ciertos ingredientes de los protectores solares.
Falsa sensación de seguridad: El uso de protector solar no significa que podamos exponernos al sol durante horas sin protección.
¿Cómo funcionan los protectores solares?
Los protectores solares son productos diseñados para absorber o reflejar los rayos UV, reduciendo así el daño a la piel.
Los protectores solares contienen ingredientes activos que actúan de dos maneras:
Filtros físicos: Forman una barrera física sobre la piel para reflejar los rayos UV. Ejemplos: óxido de zinc, dióxido de titanio.
Filtros químicos: Absorben los rayos UV y los convierten en calor. Ejemplos: avobenzona, octisalato.
¿Qué significa el FPS?
El Factor de Protección Solar (FPS) indica la cantidad de tiempo que un protector solar puede proteger tu piel de las quemaduras solares en comparación con no usar ningún producto. Por ejemplo, si normalmente te quemas en 10 minutos, un protector solar FPS 30 te protegerá aproximadamente 300 minutos (10 minutos x 30).
Tipos de protectores solares
Cada tipo de protector solar tiene sus propias ventajas y es ideal para diferentes tipos de piel y situaciones:

Lociones:
Textura: Líquida y ligera.
Absorción: Se absorben rápidamente en la piel.
Ideal para: Pieles normales a grasas y para el cuerpo. Son refrescantes y fáciles de aplicar.
Cremas:
Textura: Más espesa y untuosa.
Absorción: Tardan un poco más en absorberse.
Ideal para: Pieles secas y sensibles. Proporcionan mayor hidratación.
Geles:
Textura: Ligera y acuosa.
Absorción: Se absorben rápidamente y dejan una sensación fresca.
Ideal para: Pieles mixtas y grasas, y para zonas que sudan mucho, como el rostro.
Aerosoles:
Textura: Líquido en aerosol.
Aplicación: Fácil y rápida de aplicar, ideal para grandes áreas del cuerpo.
Ideal para: Reponer la protección solar durante el día sin necesidad de frotar.
Protectores Solares Minerales
Funcionamiento: Actúan como una barrera física sobre la piel, reflejando los rayos UV.
Ingredientes principales: Óxido de zinc y dióxido de titanio.
Ventajas:
Generalmente más seguros para pieles sensibles.
Menos propensos a causar irritación o alergias.
No penetran en la piel.
Ofrecen protección inmediata.
Desventajas:
Pueden dejar un ligero residuo blanco en la piel.
Textura a veces más espesa.
Menor variedad de fórmulas.
Protectores Solares Químicos
Funcionamiento: Absorben la radiación UV y la transforman en calor.
Ingredientes principales: Avobenzona, octisalato, octocrileno, entre otros.
Ventajas:
Textura más ligera y de rápida absorción.
Mayor variedad de fórmulas.
Menos visibles en la piel.
Desventajas:
Pueden tardar unos minutos en activarse.
Mayor riesgo de irritación o alergia en pieles sensibles.
Algunos ingredientes pueden ser perjudiciales para los arrecifes de coral.
Cómo elegir y usar el protector solar adecuado
La elección entre un protector solar mineral y uno químico depende de tus necesidades y preferencias personales. Si tienes piel sensible, propensa al acné o buscas un producto más natural, los minerales pueden ser una mejor opción. Si prefieres una textura ligera y una rápida absorción, los químicos pueden ser más adecuados.
En resumen, ambos tipos de protectores solares pueden ser efectivos si se eligen y utilizan correctamente. Lo importante es encontrar el producto que mejor se adapte a tu tipo de piel y estilo de vida.
Amplio espectro: Busca un protector solar que proteja tanto contra los rayos UVA como UVB.
FPS: Elige un FPS de al menos 30 para la vida diaria y 50+ para actividades al aire libre prolongadas.
Resistente al agua: Si vas a nadar o sudar, elige un protector solar resistente al agua.
Tipo de piel: Selecciona un protector solar adecuado para tu tipo de piel.
Ingredientes: Evita los protectores solares con fragancias o colorantes si tienes piel sensible.
¿Cómo aplicar correctamente el protector solar?

Cantidad: Aplica una cantidad generosa de protector solar, aproximadamente del tamaño de un vaso de chupito, para cubrir todo el cuerpo expuesto.
Frecuencia: Reaplícalo cada 2 horas y después de nadar, sudar o secarte con una toalla.
Uniformidad: Asegúrate de cubrir todas las áreas expuestas, incluidas las orejas, el cuello y el cuero cabelludo.
Mitos y verdades sobre los protectores solares:
¿Los protectores solares causan cáncer?
No. Los protectores solares no producen cáncer. Este mito surge por dos motivos principales; primero la desinformación en redes sociales, donde la información errónea se viraliza rápidamente sin base científica solida (en muchos casos ni sólida ni blanda). El otro motivo es la malinterpretación de los datos, ya que algunos estudios han analizado ciertos componentes de los protectores solares en condiciones de laboratorio y en altas concentraciones, pero esto no significa que estos productos causen cáncer en un uso normal.
¿Los protectores solares bloquean toda la vitamina D?
Pues tampoco. No bloquean toda la producción de vitamina D. Aunque los protectores solares están diseñados para bloquear los rayos UVB dañinos que causan quemaduras solares y cáncer de piel, también permiten que una pequeña cantidad de estos rayos penetre en la piel. Esta cantidad es suficiente para estimular la producción de vitamina D en la mayoría de las personas.
Mucha gente cree que la vitamina D se crea directamente por la luz del sol(¿?), pero la realidad es un poco más compleja. Al exponer nuestra piel a los rayos UVB del sol, nuestro organismo comienza un proceso complejo que da como resultado la vitamina D. Para ello nuestro cuerpo usa la radiación solar para activar una molécula llamada 7-dehidrocolesterol. Esta molécula, que está relacionada con el colesterol (es un precursor), se encuentra en la piel, y cuando los rayos UVB del sol inciden sobre esta molécula es cuando produce una reacción química que la transforma en vitamina D3.
¿Los protectores solares son seguros para los bebés?

La respuesta corta es: depende. La piel de los bebés es mucho más fina lo que la convierte en mucho más sensible y delicada que la de los adultos, por lo que es más susceptible a irritaciones. Y además, los bebés absorben una mayor proporción de sustancias a través de la piel, por lo que es importante utilizar productos diseñados específicamente para ellos.
Para los bebés menores de 6 meses la recomendación general es evitar la exposición solar directa y el uso de un protector solar específico para su edad. La mejor protección para ellos es la sombra y la ropa protectora. A partir de los 6 meses, se pueden utilizar protectores solares específicamente formulados para bebés, con un SPF de al menos 30 y que sean resistentes al agua. Sin embargo, siempre es recomendable consultar con el pediatra antes de utilizar cualquier producto nuevo en el bebé.
Un protector solar para bebes (de más de 6 meses) debería cumplir como mínimo con las mismas condiciones que un protector para adultos
Otras Medidas de Protección
En resumen, salir a la naturaleza; la montaña, la playa, es exponernos a un habiente hostil para nuestro organismo y, si queremos disfrutar de nuestra escapada, conlleva una serie de precauciones básicas que no siempre cumplimos. Quien no ha visto en la playa a esa persona que pasa horas expuesta al sol, vuelta y vuelta, como los lagartos, y aguanta perfectamente. Otros necesitamos ciertas medidas, más allá del protector solar, que son de lógica adoptar:
Buscar la sombra: Evita la exposición directa al sol, especialmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más intensos (para esto se inventaros los chiringuitos playeros).

Usa ropa protectora: Cubre tu piel con ropa ligera de manga larga y un sombrero de ala ancha. Al contrario de lo que la mayoría piensa, protegerte con ropa cuando estás a la intemperie te salva del calor extremo, si no que se lo digan a los beduinos.
Usa gafas de sol: Protege tus ojos de los dañinos rayos UV con gafas de sol. Por muy chulas y molonas que sean las gafas que te compres asegúrate que bloqueen el 100% de los rayos UVA y UVB, que si bien no son las más baratas merecen la pena. ¿Qué precio le pones a tu vista?
Vuelve a aplicar el protector solar: Reaplícalo cada dos horas y después de nadar o sudar. Si piensas que es un royo volver a aplicarte el protector... vete al chiringuito playero.

Hidrátate: Lleva líquidos y bebe con regularidad. Aunque no tengas sensación de sudar el cuerpo se va deshidratando poco a poco. Si no has llevado líquido... también; vete al chiringuito playero.
¡Felices vacaciones!





